Las emociones son parte de nuestra vida aunque muchas veces no nos detenemos para reconocerlasCuando hablamos de las emociones, solemos clasificarlas en buenas o malas, pero, en realidad ¿existen las emociones buenas y malas?, yo creo que son “simplemente emociones” sin ninguna clasificación. Como seres humanos podemos valernos de ellas ya sea para estar bien o estar mal.
Cualquier emoción puede ser una oportunidad de crecimiento y cualquier emoción puede ser una fuente de sufrimiento. La felicidad y la efectividad en la vida personal y laboral no dependen tanto de la emoción concreta que se experimente, como de la capacidad que se tenga para elaborar esa emoción con inteligencia.El Doctor Fredy Kofman en su trabajo “Metamanagement, La Nueva Conciencia de los Negocios” menciona el hecho de que muchas veces tendemos a sentirnos desbordados por las emociones, mientras que otras la tendencia es a reprimirlas por diversos motivos.
Ambos extremos son contraproducentes ya que, en la primera instancia, al estar invadidos por una emoción, no somos nosotros quienes tenemos esa emoción, es la emoción quien nos tiene a nosotros, lo que D. Goleman cita como “secuestro emocional”.
Por otra parte el reprimir la emoción puede generar estrés y un desequilibrio peligroso para el organismo.Existe una forma más productiva de manejarnos con las emociones, esta es, expandir nuestra auto-conciencia para hacerla más grande que la emoción, de manera que podamos observar en forma desapegada esa emoción, evaluar la manera en que podemos responder a ella y analizar como procesarla a fin de poder capitalizar aprendizajes tanto propios como en cuanto a las interacciones con otras personas.
En estos días me toco vivir situaciones personales que me llevaron a procesar una serie de emociones, las cuales pude no solo sentir, sino luego, observar de manera objetiva.
En medio de esta situación tomé la firme decisión de hacer algo diferente, por ejemplo, conversé con amigos, me reuní con mi coach personal, leí libros sobre el tema, hice largas caminatas y ejercicios físicos, entre otras cosas, todo lo que me permitió pasar de un estado de pura emocionalidad a un análisis mental de lo que estaba sucediendo y de qué era lo que tenía para aprender de este momento: nuevas formas de proceder en mi vida y con respecto a mis relaciones interpersonales.
Ya sea que nos definamos como personas mentales o emocionales, todos nos movemos por emociones, estas son la energía que nos moviliza en el diario vivir. Reconocer que las emociones son parte esencial de nuestro ser en primer lugar y, en segundo lugar, lograr auto-conocerse emocionalmente, nos permite luego poner a nuestro servicio la sabiduría de nuestras emociones, lo que nos posibilitará generar relaciones personales y laborales más satisfactorias. No digo que esto sea fácil, para mí no lo fue. Sostengo que esto es posible, para mí lo fue.Daniel Collino - Coach Profesional
La inteligencia emocional se ha vuelto tema candente en el mundo empresario. Es esencial desarrollar esta competencia para optimizar el rendimiento de los equipos de trabajo, por ello hemos diseñado el Programa de Inteligencia Emocional en la Empresa
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