miércoles, septiembre 06, 2006

LAS GRANDES IDEAS

Dicen que la mejor manera de predecir el futuro es creándolo. Y es el ser humano, la única especie que ha logrado modificar su entorno, prolongar la vida, penetrar en las estructuras atómicas, caminar por la superficie lunar...
Todo esto, gracias a su cerebro, que posee grandes capacidades, como la de la inventiva y la del ingenio. Potencialidades desarrolladas desde siempre, ya que el hombre y la mujer han tenido que encontrar la satisfacción de sus necesidades básicas, a través del invento de utensilios, accesorios y herramientas –prolongaciones de sus extremidades y de sus pensamientos- sirviéndose para ello de lo que la naturaleza le provee.
Así, el hombre creó, crea y está diseñando su futuro, a través de sus acciones, es cierto, pero también, gracias a las grandes ideas que es capaz de concebir. Inventar es hallar o descubrir a fuerza de ingenio y silencio creador –meditación-, cosas nuevas o desconocidas. Pero no solamente así.
Para inventar, el hombre debe disponer de su libre albedrío, pleno, con todo el derecho a llevar a cabo y materializar sus ideas creativas, teniendo como límite sólo sus posibilidades y su sentido de la ética. Eso es lo preferible. Sin embargo, lamentablemente el mundo de consumo de hoy no sólo limita, sino que coarta al ingenio y la inventiva, por las reglas del mercado que se imponen por sobre toda la creatividad humana, como un laberinto que mantiene cautivo al inventor. Y es claro que no se puede inmovilizar, maniatar y condicionar al inventor de ninguna forma, ya que para él y el pájaro, la libertad y la vida son una misma cosa. Por otro lado, el comunicar a las generaciones presentes y futuras, el amor al conocimiento y el placer de crear, es la gran tarea.
De hecho, el progreso de la humanidad está en las manos de las personas con gran ingenio e inventiva, creativos e innovadores y que a fuerza de trabajo han logrado ser de esa manera. Así lo registra la historia y de ello depende la calidad de vida futura... Dicen que si se acabara la tela adhesiva, muchos hospitales se vendrían abajo, dando a entender la importancia que tiene ese objeto en las tareas cotidianas de médicos y enfermeras. De igual forma, si no se tuviera un cuarto de baño, con el indispensable inodoro, qué diferente sería la vida. Cómo serían las ciudades –grandes o pequeñas- sin la estructura del arco arquitectónico y los dolores de cabeza sin los analgésicos; y lo difícil que sería cortar cualquier material sin las indispensables tijeras. En fin. Objetos cotidianos, que por ser tan familiares ya no reparamos en ellos, mucho menos en el inventor y lo que pasa por su mente para llegar a materializar su creación. Además, caemos en la cuenta que un invento generalmente lleva a otro, para su complemento y perfección.
Dice Stanislas Lem, que "las ideas son como las pulgas, saltan de un hombre a otro, pero no pican a todo el mundo".
Así, las obras innovadoras y geniales, se generan por las ideas que sólo se llevan a cabo en las mentes entrenadas para ser grandes, que orientan su ingenio, como un desafío para solucionar humanitariamente los problemas de este siglo.
Una mente preparada, alerta y sensible a su entorno, es capaz de descubrir también a través de la casualidad, proceso azaroso que encuentra la tierra fértil –inteligencias entrenadas- para que se desarrollen las grandes ideas.
Aporte: Filosofia de la Compañia, Mkp.Gop

1 comentario:

Marketplace group by Sebastián Gigena dijo...

La intención de esta publicación es proponer y exponer la condición innovadora y creativa que existe en cada uno de nosotros...
Recuerdan de su primer gran éxito?